El embustero
- Se reparten todas las cartas de la baraja entre los jugadores.
- Los jugadores pueden ver sus cartas y van poniéndolas boca abajo en el centro de la mesa en un montón.
- El objetivo final del juego es quedarse sin cartas lo antes posible. El jugador que se queda sin cartas sale del juego y el resto sigue jugando hasta que solo quede uno (el perdedor de la partida).
- Un jugador comienza la partida diciendo por ejemplo: «tres cuatros». El siguiente en echar tiene siempre dos opciones:
- Creer que el jugador anterior ha echado efectivamente «tres cuatros», en cuyo caso estará obligado a echar otro cuatro (sea cierto o no).
- No creérselo, en cuyo caso levantará las cartas de la última baza:
- Si el jugador anterior mintió, siendo por tanto, descubierto, el embustero recogerá todo el montón, que pasarán a formar parte de sus cartas para deshacerse.
- Si no mintió, y por tanto ha sido acusado falsamente, el acusador recogerá todo el montón, pasando el turno para comenzar el nuevo montón al jugador siguiente.
- Lo que hace que el juego sea más divertido es marcar los doses como comodines. De este modo, si un jugador echa por ejemplo «tres cuatros» y el jugador siguiente los levanta resultando ser dos cuatros y un dos, el dos será comodín y valdrá como cuatro, por lo que no habrá mentido.
- Cuando un jugador tenga cuatro cartas del mismo número, puede deshacerse de ellas sacándolas del juego e indicándolo al resto de jugadores. De este modo el juego se va haciendo más interesante.
- Llega a ser muy gracioso cuando se forma un montón de 15 números 7 (¡solo hay 4!) y cuando al final cae alguien, resulta que ni siquiera están los cuatro sietes!